Qué largo este año_
Qué rápido pasó el año, se fue volando_
(Los años vuelan? o pura sinestesia?)
Habitualmente es así, es más, a veces, en la misma persona y en diversas charlas se puede escuchar el arribo a sendas y contradictorias expresiones.
Se llega a sensaciones y se llega a fin de año, de eso no hay dudas.
Rápidamente me digo: hey, amigo, aflojando un poco que todavía no se fue, más, ni siquiera ha llegado la navidad, que es el verdadero comienzo del final...
También me digo que de finales, y de comienzos, y de continuidades esta lleno de mamarrachos por escrito, ni hablar en esta época de hipócritas reuniones, y de las otras; inclusive sin contar con los que en esas reuniones de cierre, con amigos de aquí y de allá improvisan sermones, y me pregunto cómo sacar los pies del plato en el que uno esta inmerso.
A ver, el año termina y viene otro y eso se festeja, una convención, y uno quiere ser rebelde y no ser convencional, sin embargo, me asalta una duda al fondo, en el turbio fondo de mi perezosa mente, la duda me susurra al oído que no olvide que no hay nada mas mersa que no querer serlo.
Y dudo.
La duda me la abre la certeza de esta última oración, y dudo una vez más y pienso si hay correlación entre no querer ser mersa y no querer ser convencional, y me digo que sí, que por hoy y por este exordio, bah, por esta estrofa, la hay.
Entonces llegar.
Se arriba a cosas, a metas, a lugares, a objetivos; se recorren una serie de caminos prefijados e imprevistos y se llega, o no.
Si es que no, el tiempo, o la convención a la que le pusimos de nombre tiempo, pasa igual; es decir, uno puede arribar a un estado de paz deseado y buscado, o puede arribar al fin de un curso, ni hablar de una carrera; retomo pues que por comodidades de la rima, coincide el final del año, y se celebra, con lo cual la proximidad de los festejos los aúna.
Allí, al llegar, el temor a la convención se difumina más gentilmente.
Uno llega a muchas cosas algunas mas fácilmente palpables, otras sospechosamente espirituales, me refiero a las que no se comprueban, ni son falsables, sea dentro de sí, o arriba de la mesa; de esas están llenas los bares de los encuentros de fin de año. Por caso, brindar por la certeza de que este año uno ha sido un poco más bueno (...) y ese orden de cosas prácticamente incomprobables, por convención.
Hoy otras comprobables, y allí sí hay para cada cual y para cada quien, y mas allá de que sean contantes y sonantes, espirituales e intelectuales, las hay.
Son. (Huyamos rápidamente este año de cualquier ontología)
Como llevar adelante un programa de radio, humilde, pero sentarse a hacer 16, 17, honrando el esfuerzo de una radio, y una radio son personas, no botones, ni un cheque, son operadores, productores, el que abre, el que cierra, el que cuida; concretos, están allí, y aquí como Leonardo, les paguen o no, están. Y Efectos de contragolpe está, es contante y sonante, y está la radio, y el proyecto de la radio que es su programación, arrancamos y llegamos al borde, al arrabal del año allí a las afueras, cerquita del final, y llegamos cada quién con sus vidas y cada cual con su balance y las costillas que contar.
Se arriba, se llega, se apuesta a más uno, se lamenta otro, ve la mitad vacía del vaso o la llena; se elige, y recurrente ha sido el exordio en lo diverso y en la condición de posibilidad de elegir.
Uno tiende a agradecer o a maldecir según como nos haya ido en la feria, a uno le pueden ofrecer el espacio, a cambio de buena onda, y se poede estar a nuestro servicio, a cambio de nada, sin exigencias, como fue nuestro caso, es cierto a veces las FM no se escuchan se fracciona la onda imagino que por la superoblación de señales, y aquí no hay vaso que mirar, solo de mala fe se podría hacer un balance, acá ah sido todo a favor nuestro, sinceramente. Tendemos a mirar el lado vacío del vaso, y ojo que no se trata de no examinarle el comedor al equino obsequiado, eso es otra cuestión. Aquí abogaremos por llenar el vaso y siempre parados en esa mitad llena, rezongando naturalmente, pero sin olvidar.
Tiempo, convención, llegar.
Hemos llegado al borde del final del año, y probablemente a nuestro último programa en vivo dado que los próximos dos miércoles a esta hora estaremos brindando al menos, si no hubiere que festejar, y hoy ha llegado Juli al final de su carrera, será nuestra locutora profesional recibida en ETER a partir de 2009, y Matasiete la banda de rock que hace nuestra cortina finaliza un año de disco nuevo, y a puro show, creo que están tocando día por medio en esta segunda mitad del año, a todos nuestros columnistas, desde Rubén del cineclub, pasando por Ariana Cano recibida también en Eter junto a Julia, Leticia de los pueblos originarios, Rubén Acosta con la columna de historia y su presencia en muchos programas, y nosotros, Santiago Hume, que más que un columnista esperemos que se acode en nuestro estaño más bien permanentemente a partir de 2009, Daniel Frette en la producción, importante y silencioso, quien habla por teléfono para las notas, quien espera a los invitados, quien nos trae un vaso de agua, quien mueve el auto si es necesario, y, lo mas valioso sin duda, quien nos escucha, nos escucha si hablamos, absolutamente agradecido, como así, insisto, a todos los chicos de la radio, ni hablar de Facundo Carman por buena onda y por polenta, y a Marcelo Koenig por darme la chance, y a María Arozamena porque sí, y a Leo en representación de todos los operadores, quienes hacen , perdón, quienes son LA RADIO en realidad.
A todos entonces con quienes hemos llegado.
Qué rápido pasó el año, se fue volando_
(Los años vuelan? o pura sinestesia?)
Habitualmente es así, es más, a veces, en la misma persona y en diversas charlas se puede escuchar el arribo a sendas y contradictorias expresiones.
Se llega a sensaciones y se llega a fin de año, de eso no hay dudas.
Rápidamente me digo: hey, amigo, aflojando un poco que todavía no se fue, más, ni siquiera ha llegado la navidad, que es el verdadero comienzo del final...
También me digo que de finales, y de comienzos, y de continuidades esta lleno de mamarrachos por escrito, ni hablar en esta época de hipócritas reuniones, y de las otras; inclusive sin contar con los que en esas reuniones de cierre, con amigos de aquí y de allá improvisan sermones, y me pregunto cómo sacar los pies del plato en el que uno esta inmerso.
A ver, el año termina y viene otro y eso se festeja, una convención, y uno quiere ser rebelde y no ser convencional, sin embargo, me asalta una duda al fondo, en el turbio fondo de mi perezosa mente, la duda me susurra al oído que no olvide que no hay nada mas mersa que no querer serlo.
Y dudo.
La duda me la abre la certeza de esta última oración, y dudo una vez más y pienso si hay correlación entre no querer ser mersa y no querer ser convencional, y me digo que sí, que por hoy y por este exordio, bah, por esta estrofa, la hay.
Entonces llegar.
Se arriba a cosas, a metas, a lugares, a objetivos; se recorren una serie de caminos prefijados e imprevistos y se llega, o no.
Si es que no, el tiempo, o la convención a la que le pusimos de nombre tiempo, pasa igual; es decir, uno puede arribar a un estado de paz deseado y buscado, o puede arribar al fin de un curso, ni hablar de una carrera; retomo pues que por comodidades de la rima, coincide el final del año, y se celebra, con lo cual la proximidad de los festejos los aúna.
Allí, al llegar, el temor a la convención se difumina más gentilmente.
Uno llega a muchas cosas algunas mas fácilmente palpables, otras sospechosamente espirituales, me refiero a las que no se comprueban, ni son falsables, sea dentro de sí, o arriba de la mesa; de esas están llenas los bares de los encuentros de fin de año. Por caso, brindar por la certeza de que este año uno ha sido un poco más bueno (...) y ese orden de cosas prácticamente incomprobables, por convención.
Hoy otras comprobables, y allí sí hay para cada cual y para cada quien, y mas allá de que sean contantes y sonantes, espirituales e intelectuales, las hay.
Son. (Huyamos rápidamente este año de cualquier ontología)
Como llevar adelante un programa de radio, humilde, pero sentarse a hacer 16, 17, honrando el esfuerzo de una radio, y una radio son personas, no botones, ni un cheque, son operadores, productores, el que abre, el que cierra, el que cuida; concretos, están allí, y aquí como Leonardo, les paguen o no, están. Y Efectos de contragolpe está, es contante y sonante, y está la radio, y el proyecto de la radio que es su programación, arrancamos y llegamos al borde, al arrabal del año allí a las afueras, cerquita del final, y llegamos cada quién con sus vidas y cada cual con su balance y las costillas que contar.
Se arriba, se llega, se apuesta a más uno, se lamenta otro, ve la mitad vacía del vaso o la llena; se elige, y recurrente ha sido el exordio en lo diverso y en la condición de posibilidad de elegir.
Uno tiende a agradecer o a maldecir según como nos haya ido en la feria, a uno le pueden ofrecer el espacio, a cambio de buena onda, y se poede estar a nuestro servicio, a cambio de nada, sin exigencias, como fue nuestro caso, es cierto a veces las FM no se escuchan se fracciona la onda imagino que por la superoblación de señales, y aquí no hay vaso que mirar, solo de mala fe se podría hacer un balance, acá ah sido todo a favor nuestro, sinceramente. Tendemos a mirar el lado vacío del vaso, y ojo que no se trata de no examinarle el comedor al equino obsequiado, eso es otra cuestión. Aquí abogaremos por llenar el vaso y siempre parados en esa mitad llena, rezongando naturalmente, pero sin olvidar.
Tiempo, convención, llegar.
Hemos llegado al borde del final del año, y probablemente a nuestro último programa en vivo dado que los próximos dos miércoles a esta hora estaremos brindando al menos, si no hubiere que festejar, y hoy ha llegado Juli al final de su carrera, será nuestra locutora profesional recibida en ETER a partir de 2009, y Matasiete la banda de rock que hace nuestra cortina finaliza un año de disco nuevo, y a puro show, creo que están tocando día por medio en esta segunda mitad del año, a todos nuestros columnistas, desde Rubén del cineclub, pasando por Ariana Cano recibida también en Eter junto a Julia, Leticia de los pueblos originarios, Rubén Acosta con la columna de historia y su presencia en muchos programas, y nosotros, Santiago Hume, que más que un columnista esperemos que se acode en nuestro estaño más bien permanentemente a partir de 2009, Daniel Frette en la producción, importante y silencioso, quien habla por teléfono para las notas, quien espera a los invitados, quien nos trae un vaso de agua, quien mueve el auto si es necesario, y, lo mas valioso sin duda, quien nos escucha, nos escucha si hablamos, absolutamente agradecido, como así, insisto, a todos los chicos de la radio, ni hablar de Facundo Carman por buena onda y por polenta, y a Marcelo Koenig por darme la chance, y a María Arozamena porque sí, y a Leo en representación de todos los operadores, quienes hacen , perdón, quienes son LA RADIO en realidad.
A todos entonces con quienes hemos llegado.
A todos con quienes continuaremos en 2009.
A todos quienes no estarán ya con nosotros en el 2009
A todos a quienes se sumarán en 2009 a este revolcón cultural:
Muchas gracias.
Hay un círculo en el infierno del Dante para los ingratos, a ese, sé, que no me gustaría arribar.
Gracias, y bienvenidos.
DL
A todos quienes no estarán ya con nosotros en el 2009
A todos a quienes se sumarán en 2009 a este revolcón cultural:
Muchas gracias.
Hay un círculo en el infierno del Dante para los ingratos, a ese, sé, que no me gustaría arribar.
Gracias, y bienvenidos.
DL