Estar completamente satisfecho es un estado al cual la mente no debería llegar. De hecho, la mía, no llega nunca.
Es un estado más bien del físico, más bien del cuerpo.
De ningún modo creamos que el espíritu y la mente y el alma se pueden separar del cuerpo, es simplemente una comodidad metodológica del lenguaje, sin embargo, reforcemos que no se separan como no se separa una hoja de papel de su anverso.
Bien, a alguien le pueden sobrevenir unas incontenibles ganas de correr, y ese alguien puede correr hasta saciar completamente las ganas, satisfacerse enteramente de ese cansancio.
Ni hablar si de comer se trata, alguien puede comer, ininterrumpidamente, desbordarse de gula hasta caer desmayado, y satisfacerse enteramente en esa voracidad.
Lo del sexo es mas complejo, sabemos sin embargo que se puede coger, iba a decir practicar sexo, pero convengamos que coger es mas preciso; pero se me ocurría de mayor complejidad toda vez que , sabemos, en lo del sexo hay el físico, pero, hay, y cómo, lo mental.
Motorpsico.
Quizás, uno puede nada más que tener sexo físico y entonces coger hasta cansarse, todas las veces que sean. Toda vez que uno se aleja de los, digamos veinte años, la parte física se amolda mas a la mental, sin embargo puede uno satisfacerse...a pesar de lo complejo de los procederes, podremos satisfacernos enteramente?
No se
Bien, pues, lo que siento en particular y arriesgo es que en cuestiones mentales me es muy complejo satisfacerme, y no hablar de satisfacciones enteras las cuales son simplemente imposibles.
Cómo transportarlo a una generalidad aunque de Perogrullo?
Tal vez diciendo que lo espiritual/mental se distingue, seguramente entre otras cosas, pero particularmente por la resistencia a la satisfacción.
Es decir, un flan mixto puede satisfacer enteramente mis deseos de dulce y de flan, imaginando que estén preparados como me gusta; y no es tan simple satisfacerme enteramente después de una relación, o de intercambio mental, o en el que se incluya lo mental.
Reformulemos: lo anímico
Anímico suena anémico
Estado de ánimo es mejorcito, pero ético-estético mejora, no es cierto?
Ético-estético entonces, reconozco allí una insatisfacción creciente y no menguada por la búsqueda.
Seria como correr y nunca parar por nunca satisfacerse, o comer, y lo mejor y mas clarito, como coger sin parar.
Un artista es un tipo más bien insatisfecho.
Es un estado más bien del físico, más bien del cuerpo.
De ningún modo creamos que el espíritu y la mente y el alma se pueden separar del cuerpo, es simplemente una comodidad metodológica del lenguaje, sin embargo, reforcemos que no se separan como no se separa una hoja de papel de su anverso.
Bien, a alguien le pueden sobrevenir unas incontenibles ganas de correr, y ese alguien puede correr hasta saciar completamente las ganas, satisfacerse enteramente de ese cansancio.
Ni hablar si de comer se trata, alguien puede comer, ininterrumpidamente, desbordarse de gula hasta caer desmayado, y satisfacerse enteramente en esa voracidad.
Lo del sexo es mas complejo, sabemos sin embargo que se puede coger, iba a decir practicar sexo, pero convengamos que coger es mas preciso; pero se me ocurría de mayor complejidad toda vez que , sabemos, en lo del sexo hay el físico, pero, hay, y cómo, lo mental.
Motorpsico.
Quizás, uno puede nada más que tener sexo físico y entonces coger hasta cansarse, todas las veces que sean. Toda vez que uno se aleja de los, digamos veinte años, la parte física se amolda mas a la mental, sin embargo puede uno satisfacerse...a pesar de lo complejo de los procederes, podremos satisfacernos enteramente?
No se
Bien, pues, lo que siento en particular y arriesgo es que en cuestiones mentales me es muy complejo satisfacerme, y no hablar de satisfacciones enteras las cuales son simplemente imposibles.
Cómo transportarlo a una generalidad aunque de Perogrullo?
Tal vez diciendo que lo espiritual/mental se distingue, seguramente entre otras cosas, pero particularmente por la resistencia a la satisfacción.
Es decir, un flan mixto puede satisfacer enteramente mis deseos de dulce y de flan, imaginando que estén preparados como me gusta; y no es tan simple satisfacerme enteramente después de una relación, o de intercambio mental, o en el que se incluya lo mental.
Reformulemos: lo anímico
Anímico suena anémico
Estado de ánimo es mejorcito, pero ético-estético mejora, no es cierto?
Ético-estético entonces, reconozco allí una insatisfacción creciente y no menguada por la búsqueda.
Seria como correr y nunca parar por nunca satisfacerse, o comer, y lo mejor y mas clarito, como coger sin parar.
Un artista es un tipo más bien insatisfecho.
Corre, come y coge porque no puede no hacerlo, todo eso pero en el plano espiritual mental, naturalmente
Y los hay complacientes, y los hay que no.
El complaciente en general esta de acuerdo con el resultado, aunque aspire a mejorarlo, puede satisfacerse, aunque no creo que enteramente; no debería!
Y el no complaciente lucha contra la dificultad, pone a prueba lo posiblemente satisfactorio: lo ejecuta en arenas áridas, ruinosas. Se rodea de incomodidades.
El artista nada complaciente pone lo satisfactorio en otro ambiente, lo lleva a escenarios de incomprensión total, a una recepción imposible. Y aun así se angustia de no ser escuchado, o visto, o comprendido.
Busca efectivamente decir, gritar su obra o la ausencia de ella, pero, en contra de lo que se supone, al revés que el complaciente. Se pone en juego.
Imagino a algunos científicos, los buenos, los que marcan la diferencia, los imagino como estos artistas poco complacientes.
Salvedad: se supone que a diferencia del artista, el científico alienta más bien las continuidades y estimula los procesos, pero, intuyo, solo intuyo, que aquellos que dan el salto, esos que de verdad revolucionan la ciencia, se asemejan a aquél artista que desafía lo tibiamente placentero de lo conseguido.
El artista que se mete cara a cara con su propia dificultad es aquel capaz de salir de la media. Es probable que tarde más, o que no sea popular, ni masivo, ni correcto pero esa es otra cuenta.
Nosotros aquí disfrutamos de los que navegan sus capacidades, y las explotan y las regalan, y también, pero muy particularmente de aquellos que van siempre a contrapelo de lo que esperamos de ellos, y siempre nos sorprenden en el desafío. A estos últimos les debemos además del disfrute, el aguijón de obligarnos a crecer con ellos.
Siempre tenemos que acompañar el salto que dan, no solamente tenemos que sentarnos pasivamente.
Nos mueven
Nos gustan aquellos que no están nunca completamente satisfechos, los que menos se parecen a un gordito comiendo pizza mirando el partido en la tele...ni a aquél incluso quien queda copado por el gimnasio, ni hablar de los que van a clubes de sexo y todos los etc. .... El sexo, tal vez, sea lo más parecido a esta reflexión acerca de la satisfacción y los artistas y lo ético-estético...solamente quizá....no lo sé. El deseo es un bicho oscuro.
Pero, ciertamente, si te gusta o te metes a artista, cambiá la ética, cambiá el estado de ánimo, cambiá la actitud física por una mental y física enfrentada a la comodidad.
Un zigzag, un serrucho de idas y vueltas; entre lo logrado y lo por venir, en ese intersticio, meteremos con suerte alguna vez algún minutito de este programa.
Por ahora tenemos las dificultades, la incomodidad, y la recepción inmediata imposible, pero también la no menos cierta inquietud, el ímpetu insatisfecho que empuja a ir por más.
Bienvenidos.
DL