18.9.08

El juego de los cautos

Con cautela

Ser cautos a veces no es más que ser temeroso, y a veces es más bien cuestión de estilo, no ya de temores, sino de distancias.

Hay que bancar la ambigüedad. El entre, no me refiero al entrar, sino mas bien al entre tal y tal, a la disyuntiva, a la Y, al Y.

Que reviste su Deleuziana y atractiva complejidad, mucho menos certera que la O, que el o, que el éste o aquél siempre mas fácilmente preciso.

La cautela se desambigua del entre la elegancia y el temor en casos extremos /con todo el recelo que la palabra extremo me suscita/

La distancia en ciertos casos nos enseña el dandismo.

Dandys

Sobre todo en lo afectivo, esto es, no nos afectamos. Elegancia del espíritu que se imponen, por elección.

Elegir

El dandy elige, con calma, sin temores, naturalmente en el andar, mas allá de lo que ocurra, el dandy juega a la distancia afectiva, o al menos es la que actúa, prefiere esa máscara, y la practica, su secreto es convertirla en cara.

La cautela y el manejo del silencio.

Los silencios se manejan en el decir, como en la música se manejan entre las notas.

El silencio. De esto saben los músicos, los buenos músicos saben más del silencio, y los buenos conversadores también.

El músico que habita el silencio tocando, naturalmente, es un dandy: elige la distancia, maneja el efecto.

Silencios

La cautela y la elegancia son más bien poco enfáticas, no conviene entrar a los gritos y a paso de murga al encuentro fugaz con una amante. No conviene por elegancia, y no conviene por cautela.

Como no conviene el susurro en el desesperado pedido de auxilio.
Contextos, escenarios.

El contexto, el escenario nos guía, nos precede y nos va marcando la escena.

El dandy crea el escenario. EL escenario es más importante que la escena, afinará el instrumento que, como el actor, es él mismo, y medirá las distancias, convertirá el estilo en carne.

Aquí en la radio de lo que se trata es del sonido, de la palabra, de la música, es decir puro efecto, del grito a la voz baja y los matices, sin embargo, allí esta la cautela, allí esta la distancia y la parrhesia humilde de Efectos de contragolpe: la charla mas dispar, con la máxima elegancia en la distancia de lo sensible.

Como el dandy, sin afectos, creando el escenario.

Y de contra, con el silencioso juego de los cautos….


DL