29.5.09

Certezas, más o menos.

Hay la certeza

Pero hay una zona gris, mediana, liviana, a tientas, no necesariamente a oscuras.
Hay, entonces, lo cercano, el sucedido, el comentario, lo aproximado.
Sin embargo, hay certezas.

Y precisamente como esto se va enderezando hacia lo gris, hacia lo”mas o menos”, hacia el “ponéle”, parecería, pues, arrancar paradójicamente, con respecto a las certezas, y sí, tal vez, aunque no suena completamente cierto, y ya que lo hemos sugerido, hay certezas. (Hay?)

A ver

El ripio fuera de toda medición viene con el salvoconducto de lo intangible cuando no, la mayor de las veces, de lo no falsable, lo incomprobable; según a cada quién le convenga, de acuerdo a su vez, en qué contexto se desarrolle la conversación, el relato, la crónica, el chisme. Se sabe que un político en campaña se rige con una vara que no le regalamos fácilmente al científico.

Se sabe que desde hace unas décadas para acá, cuando el autor muere o agoniza o lo liquidan._ aquí, vemos, no hay certezas, pero, atención, las hay_ sabemos mas o menos por esas fechas también que cada discurso tiene sus propias leyes de tránsito: el científico, el periodístico, el universitario, y hasta el chisme, sí.

Hay certezas, hay pruebas, sí, y sin embargo, también hay el sucedido, el comentario, el algo así, mas allá del lugar de funcionamiento, y de su extrapolación, todos son utilizables.

No sé, no sabemos, si es con entidad de discurso propio, ya que es un modo de funcionar mas que un género, y, aunque desconfiaremos seguramente de un médico si dice...” debe ser el apéndice, póngale, o mas bien el páncreas, pero por ahí anda nomás....” No nos cae mal cierto aire mundano al hablar de algún libro leído, o un país visitado con cierta calculada vaguedad.

Hay certezas, entonces, y uno puede eludirlas irresponsable y hasta convenientemente, y también puede aprovechar y enriquecer una conversación, una crónica, con el matiz de lo aproximado, de la referencia sumamente general, el tono de color, más bien el valor de un tono en la paleta sospechosamente vaga del modo conversado.

No falsable

Uno puede tener la precisión de Borges al desarrollar un relato, y también como él arrancar en la mayor parte de los cuentos a partir de un “sucedido” de un “me dijeron” o le dijeron a tal o cual, o un _en un libro del cual solo se conserva media pagina”....que son del tipo “me dijo un cuñado, o una vez escuche...

Allí, en lo literario, en la ficción mejor, nadie pedirá certezas, es más, es el lugar en el cual nos vamos específica, lisa, llana, y gozosamente de lo falsable.

(Una adversativa más) pero, hay certezas.

Nombré un escritor muy preciso, baste desarmar la estructura narrativa de cualquiera de sus cuentos para notarlo, y, a su vez, apoya su precisión en una vaguedad argumentativa.

Estilo. Voz

Lo cité buscando restablecer aquél comienzo paradojal, el cual nombraba la certeza recurriendo a lo aproximado, al comentario vago.
Charlando, escribir lo conversado, o mejor, escribir como sí se tratase de una charla, pero, ojo, escribir.

Hablando uno recurre mucho más claramente a este modo de funcionar, ya que en la charla cuanto mas referencia vaga, cuanto mas valor se exponga al final del cuadro, en fin cuanto mas sucedidos adornen el relato que compondrá el cuadro, éste tendrá más tonalidades, mas luz, y hasta más complicidades.

Hay certezas, y hay ponéles, hay también másomenos.
Es cierto, lo cierto es grave, serio, y lo aproximado es más bien leve, flojo.

Aquí, en el tono conversado, seremos borgeanos, sin lo difícil que nuestras insolvencias hacen de eso, pero sí apoyaremos nuestros codos en ese mismo mostrador: sin certezas, pero sabiendo que las hay...

Como las brujas.....

Bienvenidos


DL