4.10.09

Indio, Salta y un infierno encantador.


Un cerro, y la ciudad que se despliega debajo

Un hostal cada dos cuadras, hoteles cinco, cuatro, todas las estrellas

Arriba en el cielo, también

Mochilas, idiomas, coyas, gente de la tierra, nosotros
Cientos y cientos (no es una manera de decir) cientos de miles de personas se van después de haber llegado como cada año, cada grupo con su virgencita, a conmemorar el día del milagro de la virgen.

Las mochilas rubias responden a extranjeros que solo la casualidad amontonó con la procesión.

Camino por el centro de una ciudad pequeña, plaza y sus alrededores sí, y todo eso de los pueblos y ciudades, pero tal vez el cerro, tal vez un poco la altura, que no es Bolivia pero, me cuentan que algo perturba los oídos; la calidez de la gente, no buscaré originalidades vanas aunque es una ciudad atractiva, da ganas.

Lentos me dicen, y camino y veo amabilidad. Hasta cordura.
Me cuesta todo un día sacarme el ritmo de guerra que traigo de buenos aires, ni el viaje, largo y en micro, me aquietó.

Y camino, espero que lleguen los muchachos y muchachas al recital, todo lo que voy viendo y juntando es en sí sorprendente.

Y llegan nomás.

Llegan de a poco durante la semana previa, se van acomodando en los hoteles caros, en los hostales, en las pensiones, en las habitaciones y hasta en la plaza si dejan.

Ciudad católica, recalcitrante, el compañero Fernando Gómez que encuentro allí me cuenta lo rancio, la bajada de línea terrible de esa Iglesia.
Naturalmente nada tendría que ver aquella gente que caminando llega a tal evento cada año, al de la virgencita, llenos de algo que sin dudas esa iglesia oficial ya no comprenderá.

Nada, ni un poquito comprenderá

La catedral es imponente, para sacarle fotos.

La policía.
Es una presencia constante permanente, planificada.

Iglesia, policía, Los Romero tantos años…..

Sin embargo, nada cierra antes de las cinco de la mañana.
Ni las peñas, ni los bares, ni las plazas.
Los turistas caminan naturalmente, nosotros llegamos y rápidamente estamos cómodos.

Todos, a las cinco de la mañana salen de los bares, sino, la policía amablemente invita a salir.

El salteño sale

El turista advertido, sale

No cierra el boliche y ya, la poli entra y dando palmaditas invita a salir de la vereda.

Impensado

El día anterior al recital los chicos aceptan el cierre de los bares de las calles de los boliches las peñas y demás menesteres.

Pero no se van

La policía, preparada, los despeja con balas de goma.

Todos sabemos que venimos a una fiesta UNICA
Tanto es así que salvo algun raspón y algún piedrazo, nada se alteró

Ni ese desajuste entre lo conservador, lo policial, la incomprensión, los boliches, y la noche, los turistas, los llegados al recital empañó el deseo de coronar la fiesta pagana más incomprendida y disfrutada de las últimas décadas.

Una misa casualmente

Y una procesión

Y miles y miles de personas, y estamos todos relajados, disfrutando, vistiendo aún más ese espectáculo debajo del cerro San Bernardo que es de por sí la ciudad de Salta.

Salta nos mira a nosotros, nos ve con prejuicio, se va relajando, nos ve en las plazas, en el camping, en los bares.

Todos cantamos

Nos hermanamos, hay una remera en común, no hace falta más

Entro al bar, los compañeros estaban allí, cada vez que entra alguien es un hermano, todos gritan.

El día mismo de la FIESTA: todos los colores esparcidos en la paleta, estamos listos, nos acomodamos.

Todos cantamos

Todos dentro

Invitamos a entender

La policía corretea a uno por allí, se queda sin nada, se miran…al fin hasta parecen ellos mismos comprender que allí sucede algo más.

Hay un plus

Llega la hora, arranca Octubre

Pasan tres horas, armamos otra vez el pogo más grande del mundo.
En el medio, nosotros.

Nos vamos despacio a una parrilla, a un bar, al hostal, la mayoría al micro que los devolverá, al otro día, al otro mundo, al de cada cotidianidad.

Los que podemos nos quedamos dos días más y vemos el cambio en la gente: la confianza, la sorpresa.

La comparación inevitable: procesiones, misas.
Religiosidad pagana.
La ciudad sigue mostrando las mochilas rubias, los hostales esperan visitantes mas espaciados, los salteños encantadores y a su ritmo.

Los jóvenes de Santa fe, Córdoba, Tucumán y hasta de Bs. as que trabajan allí se quejan!!

Se quejan!!!!

Lo ven chato, sin vuelo, conservador, hermoso, eso sí.

(No piensa irse ninguno , ni locos, eso seguro)

Está todo dado dice mi pretenciosa mirada, falta que algunos metan la cuchara, de eso sabe el compañero Gómez que allí nomás, en algo más que una semana, deja armada la JP

Indio Solari fue y rompió una inercia, infinidad de recitales seguramente irán a esa hermosura de ciudad.

Y la gente acompañará, con su tiempo, con su tono, con su piel...
Las chicas y la piel...

La fiesta pagana más importante que podamos encontrar en argentina en décadas, y la ciudad más calma y religiosa se encontraron en medio de este estado de ebullición de Ley de medios y guerras mediáticas y campogarcas; y la ciudad mas linda, plagada de mochilas rubias abrió su corazón para que, durante algunos días pusiéramos, con una sonrisa de mil dientes a este infierno encantador.

Bienvenidos

DL

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que la foto es de espalda.

Tenes menos visitas que "cielo" de cronica.

Fanatico Chamuyero.

EFECTOS DE CONTRAGOLPE dijo...

un placer tener oyentes y lectores del mismo nivel intelectual. (regalo el c.)
viva el chamuyo

EFECTOS DE CONTRAGOLPE dijo...

y mas, que bueno que te dirijas al de la foto como si lo conocieras, anonimo o cagon?